 La mayor parte de nosotros concebimos las motos como un artículo de disfrute. El pilotaje de una moto juega con inercias, fuerzas centrífugas y equilibrio, de forma que se convierte en un "baile" entre el hombre, la máquina y el suelo en el que todo nuestro cuerpo y nuestra mente participan, y las sensaciones que produce son incomparables.
Hoy en día los ordenadores son capaces de participar en ese baile en nuestro lugar e igualar nuestra capacidad para pilotar una moto, este pequeño prototipo es la prueba, aunque aun le queda mucho por desarrollar. Lo ha creado Erick Unnervik en la Universidad Politécnica de Lausanne (Francia) y es capaz de correr a 40 mph (65 km/h) sin perder su posición vertical, tumba para girar y hace todo lo necesario para seguir rodando... eso si, al ordenador que la controla, que tiene el tamaño de una tarjeta de crédito (se llama Raspberry Pi), no le han puesto una patita desplegable y, al parar, se cae :)
La pregunta es ¿para que demonios sirve una moto que no puedes disfrutar conduciendo??
Y la respuesta viene si dejamos nuestra pasión a un lado y somos prácticos: transporte autónomo. Desde mensajería rápida en ciudad hasta transporte de personas. El formato de dos ruedas permite usar menos espacio en las vías, por lo que un taxi autónomo sería mucho más práctico y rápido en este formato que con 4 ruedas. Pero esto requiere aun mucha evolución teconológica para llegar a una conducción autónoma realmente segura y eficaz y una evolución social: ciudades equipadas con carriles específicos para motos (si, esto es el futuro en movilidad aunque nuestros políticos no vean más allá de sus morros).
Evidentemente esto nunca será una moto, pero seguramente su desarrollo acabe influyendo en tecnología que montarán las que conduzcamos dentro de una década.
Ah, el objetivo de Eric es llegar a hacer competir a su moto cibernética contra una pilotada por un humano y vencerle... lo siento Eric, pero ningún ordenador tendrá nunca los huevos y la locura suficientes como para pilotar casi por encima de las leyes físicas, como lo hacen nuestros pilotos.
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