 El prototipo presentado por BMW da un salto adelante en muchos de los conceptos de moto que tenemos como habituales.
La moto va equipada con sistemas de auto-equilibrio que evitaría la posibilidad de que la moto cayera en movimiento o en parado (como el C1 que ya hemos comentado por aquí).
También cuenta con varios sistemas innovadores diseñados para aportar información al conductor acerca de las condiciones de la carretera y ajustar en tiempo real el comportamiento de la moto, uno es el "digital companion", que ofrece consejos de conducción y de ajustes para optimizar la experiencia y otro es "the visor", unas gafas envolventes que abarcan todo el campo de visión y son controladas por los movimientos del ojo.
Según holder Hampf, de BMW, estos sistemas inteligentes trabajan en silencio para hacer que la moto se adapte por sí misma a las condiciones de la vía y al estilo de conducción del piloto, siendo capaz de saber qué va a ocurrir.
Otra de las ideas innovadoras que definen a esta moto es que el sistema de giro se basa en una especie de "chasis flexible". La idea es que al girar el manillar, todo el chasis se modifica para provocar el giro de la moto, pero lo hace de una forma adaptada a la velocidad: Si esta es baja, hará falta muy poca fuerza para provocar el giro, pero a velocidades más altas exigirá más. De ese modo evita reacciones inesperadas o impredecibles por movimientos accidentales, lo que incrementa la seguridad en marcha.
Este es un paso más hacia los vehículos autónomos favorecido por la explosión tecnológica que estamos viviendo, pero en BMW aseguran que pretenden mantener siempre la posibilidad de que el piloto conduzca sus vehículos, de modo que pueda decidir en cualquier momento si es él el que pilota o si prefiere que sea la moto la que le lleve mientras centra su atención en otras cosas.
Lo de los coches autónomos suena a ciencia ficción, pero es una realidad cada vez más cercana, eso, supuestamente, implicará unas carreteras más seguras (las máquinas no cometen errores) y un transporte más eficaz y eficiente, pero se acabará anulando por completo el poder disfrutar de la conducción.
Creo que el negocio del futuro será construir circuitos donde la gente pueda "soltarse la melena" a lomos de motos que no se conduzcan solas, aunque, seguro, estarán tan cargadas de electrónica que muchas de las sensaciones de las que nos transmiten nuestros "cachos de hierro quemadores de gasolina" se perderán.
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